Un diamante pulido se refiere a un diamante que ha sido tallado para producir una superficie completamente lisa. Los artesanos realizan una combinación de tratamientos de lijado a presión y pulido para crear la forma deseada, desde formas redondeadas y cuadradas hasta tallas más complicadas como corazón, marquise, oval y esmeralda. Estos tratamientos eliminan capas de la superficie de la gema con el fin de darle forma y pulirla. La forma y el tallado de un diamante afectan al aspecto de una gema y su brillo y su belleza.